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Los zapatos han caminado con nosotros desde casi el inicio de nuestra especie. Pensados como un medio de protección para los diferentes terrenos y cambios de temperatura, gracias a ellos hemos podido conquistar todos los terrenos del planeta tierra, e incluso hemos pisado la luna. No obstante, debido a que son una compañía diaria es transformaron, en poco tiempo, en otra representación de la moda. Alrededor del mundo, cientos de personas, lucen sus últimos modelos de zapatos. El mundo del calzado se ha vuelto un negocio multimillonario, al punto de que la gente se desvive por llevar las últimas tendencias en zapatos.
No obstante, muy pocos piensan en las consecuencias de un calzado mal elegido. Te hacemos la siguiente pregunta ¿cuál es la característica principal a la hora de elegir tus zapatos? Muchos, en estos momentos, pensarán en su guardarropa, en cómo el resto de sus prendas combinan con sus zapatos, en el estilo de las prendas y lo originales que se ven.
Esta es la respuesta más común. Muy pocos saben que en promedio caminamos 7.000 pasos cada día, lo que anualmente suma casi 1,4 millones de pasos. Menos personas conocen que nuestros pies cuentan con 33 articulaciones, 26 huesos y 107 ligamentos, cuyo trabajo es permitir el movimiento, la estabilidad y soportar todo el peso que le infringimos. Cuando nos damos cuenta de ello, la buena elección de nuestro calzado no parece una decisión para tomar a la ligera ¿o sí?
Problemas de un mal calzado
Todos los años las clínicas del mundo se llenan con pacientes cuyos pies sufren alguna clase de lesión, atrofia o dolencia. Es curioso que muchas de estas personas no relacionen dichos males a sus zapatos. El problema inicia en el momento es que decidimos adaptar nuestros pies a cierto tipo de calzado, cuando debería ser todo lo contrario. En lo anterior, la industria de la moda tiene una gran responsabilidad. Como ya dijimos antes el zapato se creó con el fin de protegernos, es paradójico que ahora sea una fuente de males para muchas personas, en especial mujeres que utilizan calzada poco apropiado para las vicisitudes de la vida diaria.
Un buen calzado
Nuestra calidad de vida mejoraría en gran medida si comenzáramos a pensar más en nuestra salud y no es la apariencia. Pero ¿qué es un buen calzado? Muchos especialistas aseguran que cada pie es diferente y lo mejor sería contar con zapatos hechos a la medida, esto con el afán de que se adapten bien a nuestros contornos. Sin embargo, lo anterior solamente se puede conseguir en caso de lesiones o recomendación médica.
Desde Musse&Cloud aseguran que un buen zapato debe ser amplio, sus puntas deben estar redondeadas para que no opriman los dedos entre sí. En cuanto a los materiales deben ser suaves, que no presionen los pies ni que tengan costuras internas. Todo esto con el fin de no dañar la forma del pie y que no genere problemas con el uso constante. En cuanto a la suela, esta no debe ser rígida y no debe quedar mucho espacio entre el suelo y el pie. Un buen ejemplo de zapatos buenos para la salud son las babuchas, como las que puedes ver en este catálogo de babuchas de Musse&Cloud.
A la hora de comprar un par de zapatos la recomendación es que te los pruebes bien. Póntelos y camina con ellos al menos un minuto, siente lo que tu pie dice, verifica que no genere dolores ni sientas incomodidades; si este llegara a ser el caso, es importante que los dejes a un lado, por mucho que te gusten, y busque otros.
Recuerda que un buen calzado podrá librarte de muchos dolorosos problemas. Si eres mujer, evita los tacones mayores a 4 cm, esta altura es la apropiada ya que distribuye el peso correctamente. Tu calidad de vida está en tus manos, o en tus pies, nunca mejor dicho.
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