Los vinos ecológicos españoles colocan a España a la cabeza de todo el mundo en producción y, sobre todo, en calidad. Si en la producción vinícola tradicional España es la segunda-tercera del mundo, en la más biológica de todas, nuestros competidores sueñan con poder llevar a una mesa más de una docena de vinos de calidad. En España, las marcas de vinos ecológicos de gran valía las contamos por decenas.
Los vinos ecológicos españoles son aquellos a los que no se les añade ningún aditamento químico en su fase de producción. Ni en la viña, ni en la barrica. Son vinos sin pesticidas, sin sulfitos y a los que ayudan en las espalderas toda una legión de insectos beneficiosos que hacen su oficio de contraplagas.
Los cosechadores españoles que comercializan vinos ecológicos están tocados por una filosofía, la de elaborar un producto natural, como se hacía mil años atrás, o seis mil años atrás, desde el tiempo más antiguo que conocemos en que ya se cultivaba viña para vino.
Vinos expatriados
Lo más curioso de la producción de vinos ecológicos españoles es que casi el 100% se exporta, en España apenas se comercializa un irrisorio 0,15%. Datos que nos indican que quienes realmente aprecian los vinos ecológicos españoles son los consumidores extranjeros.
Aunque una segunda explicación puede resultar más simple de entender. Mientras haya tirón en las ventas en el exterior, el vino ecológico español no tendrá porqué competir con los vinos tradicionales que tienen su mercado muy desarrollado.
Vinos
Pero ¿de qué vinos estamos hablando?. ¿A qué vinos ecológicos nos referimos?. Pues a los verdejos de Bodegas Menade que tienen matices de hierba y de fruta blanca un tanto amargo.
También del Señorío de Ayud de Bodegas Langa o de los Chardonnay de Bodegas F.Schatz, de Ronda, en Málaga. Estos últimos vinos incluso son famosos por sus procesos únicos de naturaleza biodinámica. Se trata de productores de vino emprendedores.
Hablamos de vinos ecológicos españoles especialmente apreciados por los entendidos como los Quaderna Via Reserva o los Piedra Luenga Pedro Ximénez de Bodegas Robles, ideales para postres dulces. Todo un mundo -que se bebe- por descubrir.
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