Cada vez son más las personas que utilizan el avión como un modo predeterminado de viajar. Muchas son las razones, pero entre ellas, podemos destacar la comodidad y, sobre todo, la rapidez de este medio de trasporte. También debemos decir que viajar en avión se ha convertido en uno de los medios de transporte más seguro que existe hoy en día.
Sin embargo, hay otras personas a las que no los gusta nada viajar en avión, y muchas veces tienen mucho que ver las molestas y temidas turbulencias que se sufren en algunas ocasiones.
Las turbulencias, por mínimas que sean, suelen inquietar hasta al viajero más acostumbrado a volar. Sin embargo, lo que más está inquietando últimamente es que las turbulencias se repiten cada vez más como consecuencia del cambio climático que se está produciendo. Y es que, según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Reading, las turbulencias severas aumentarán considerablemente para las próximas décadas de 2050 y 2080.
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Según este estudio, las rutas aéreas más comerciales se verán afectadas por el inminente cambio climático, sobre todo por las zonas del Atlántico Norte, Europa, América del Norte, la zona Norte del Pacífico y Asia, con unos porcentajes de incremento elevadísimos (entre 180% en el Atlántico y el 60% en Asia).
Independientemente de la estación en la que viajemos o la altitud a la que estemos, las turbulencias estarán presentes y cada vez más numerosas y más fuertes. En este aspecto, no podemos olvidar que cada año se producen cientos de lesiones de pasajeros y tripulantes a causa de las grandes turbulencias. Y, aunque parezca algo irrelevante, el único responsable, como decíamos, es el cambio climático, viendo así el gran impacto que tiene en nuestra vida cotidiana.
