El caso de Joma. Fructuoso López hizo de las zapatillas deportivas una razón de ser. Hace más de medio siglo que este emprendedor toledano decidió lanzarse de lleno a la fabricación de zapatillas deportivas en la localidad de Portillo de Toledo.
Por las mañanas iba de comercio en comercio esforzándose para que le hicieran pedidos y por la noche fabricaba él mismo esas zapatillas en su propia casa. Todo en la línea de la más tradicional de las culturas artesanas españolas. Yo me lo guiso, yo me lo como.
Así fue como echó a andar Joma, esa es su prehistoria, una empresa española dedicada a la fabricación y distribución de equipamiento deportivo. Joma ha basado su trabajo en dos criterios comerciales básicos. Uno, desde el momento en que hubo medios económicos, invertir en investigación y desarrollo, para innovar en su sector, para crear productos competitivos y con calidad, a unos precios siempre asequibles para el consumidor. Y dos, unirse a equipos y deportistas para llevar sus productos a todas las competiciones deportivas.
Sin embargo, hace veinte años, y visto que el mercado español había quedado saturado y que ya era demasiado pequeño para las aspiraciones de la marca, Joma dio el salto y se internacionalizó.
Primero, presentó sus productos en ferias internacionales, luego decidió radicarse en México, para expandir la marca en todo el continente americano. Hoy, Joma está presente en más de setenta países de todo el mundo. Convirtiéndose en la primera marca de material deportivo de España y figurar entre las diez primeras de todo el mundo. Todo un récord.
Uno de los puntos fuertes de la marca es su logísta. Joma ofrece un servicio de logística propio que le permite reponer productos a escala mundial y de forma muy rápida. Por otro lado, los éxitos de los equipos deportivos españoles y de los atletas nacionales de manera individual han marcado el progreso rápido de esta empresa camino del éxito que ha sabido dejase llevar por los mejores. Joma ha sabido participar también del valor de la marca España en el exterior.