Siempre hemos escuchado hablar del efecto que produce escuchar música clásica en los bebés. La afirmación general es que ayuda a su desarrollo mental y puede a su vez ayudar a aumentar su inteligencia, pero la verdad es que poco sabemos de este efecto.
Realmente es muy complicado averiguar cómo influye algo en el proceso de crecimiento de un niño, sobre todo algo tan ambiguo como puede ser la música. Si preguntamos a profesionales sobre este proceso muy pocos afirmarán qué realmente ayuda al desarrollo del cerebro y la inteligencia infantil.
Esta creencia viene de un estudio antiguo, concretamente del año 1991 donde un investigador publicó un artículo explicando la utilización de música de Mozart en sus sesiones terapéuticas. En este artículo incluso llega a decir que puede curar casos de depresión.
Tras ese artículo se realizaron numerosos experimentos tratando de explicar realmente el efecto que tenía la música de este compositor en el cerebro. Uno de los más famosos se hizo dos años después, donde se estudió a alumnos de clases distintas y se les expuso a condiciones diferentes. Los dividieron en tres grupos, unos escuchaban obras a piano de Mozart, otros hacían ejercicios de concentración y respiración y otros simplemente se quedaban en silencio. Tras esto realizaban un examen y lo fascinante es que el grupo que estuvo escuchando las canciones de Mozart durante ese momento tenían notas bastante más altas que las de los alumnos en los otros dos grupos.
Aunque los expertos no dejan de repetir que nada de esto es completamente concluyente. Las pruebas pueden decir que ayuda a la relajación y es verdad que el cerebro agradece ese tipo de música pero en ningún momento se ha probado que ayude al desarrollo de la inteligencia y mucho menos a mejorarla.
¿Y tú? ¿Qué opinas del efecto Mozart?