El bosque Pintado de Ibarrola es todo un lujo para todos los sentidos y ha creado una nueva iniciativa que promete no dejar a nadie indiferente. Esta iniciativa trae consigo presentar todos estos árboles coloreados que pretender insinuar la armonía que existe en todo momento entre el hombre y la naturaleza teniendo en cuenta los vestigios de presencia humana de 14000 años de antigüedad y la importancia de la riqueza ornitológica avalada por las mas caprichosas figuras de proyección que confluyen en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, considerado como el mayor tesoro natural de Euskadi.
Urdaibai es una zona que tiene reconocidas dentro de la Red Natura 2000 tres Zonas de Especial Conservación (ZEC), además de una zona de Especial Protección para las Aves cuyas siglas son ZEPA. Además, es importante saber que alberga en sus 220 kilómetros cuadrados a 729 distintas de especies de fauna y también 821 de clases diferentes de flora y una gran diversidad de ecosistemas, dominados sobre todo por los encinares cantábricos, la campiña atlántica, el litoral costero y las marismas.
Por todo esto resulta realmente importante la invernada y los periodos migratorios de hasta 250 especies de aves dentro sobre todo de la lista de los humedales presentes en el Convenio Ramsar. Además, dos años más tarde tuvo su reconocimiento como ZEPA.
Debemos tener en cuenta también la principal importancia que existe entre la interacción del hombre en este espacio natural, la única Reserva de la Biosfera del País Vasco que ha sido siempre constante desde la era Magdaleniense. De ésta es importante saber que datan las interesantes pinturas que se hallaron en 1916 en la cueva de Santimamiñe. Estas pinturas representan sobre todo escenas de caza además de algunos tipos de animales como bisontes, cabras, caballos, osos o ciervos.
La Fundación Biodiversidad destaca especialmente la antigüedad de las pinturas, al carbón y o incisos, se sitúa entre el Paleolítico superior, 14000 años antes del presente, hasta el Calcolitico, hace unos 4.000 años; desde 2008, son Patrimonio de la Humanidad y una muestra del importante legado cultural y artístico que encierra esta tierra.
Todo este legado que han dejado este tipo de pinturas tan interesantes se extiende alrededor de Santimamiñe, hasta el lugar donde el escultor y pintos de origen vasco Agustin Ibarrola decidió elegir esto para crear un diaologo presente entre el hombre y la naturaleza, lo que resulta realmente interesante. A esto lo llamo “bosque pintado”, aunque en algunos sitios lo hemos podido ver escrito como Bosque de Oma.
Por este motivo, entre los años 1982 y 1985, Ibarrola convirtió este espacio, situado junto al pequeño barrio de Oma, en Kortezubi, en un lienzo natural, que rellenó de color para sumergir al visitante en un universo de sensaciones condicionadas por la perspectiva.