El desarrollo de la computación y los dispositivos móviles ha determinado que hoy los medios electrónicos se sitúen como un componente cuasi básico en el desarrollo de la vida humana.
Muestra de ello es el rol protagónico que cada vez ocupan con más fuerza en procesos y ámbitos tradicionales como los educativos y los relacionados con el ocio y el entretenimiento.
Con respecto a los primeros, los medios tecnológicos se han logrado situar como un componente esencial para el desarrollo y consolidación de habilidades intelectuales útiles para la vida, lo que los ha hecho rebasar esa función básica lúdica en la que muchos los han encasillado por bastantes años.
Tal es así, que indiscutiblemente hoy son vistos como un soporte de suma utilidad o con muchos beneficios para los niños.
La mayor parte de esos beneficios se relacionan con la educación y el aprendizaje, esferas en las que inciden a partir de las conocidas aplicaciones didácticas, realmente muy útiles por lo mucho que favorecen el desarrollo intelectual.
Por todo esto hemos querido preparar este artículo, en el que abordaremos los beneficios que las apps didácticas tienen para los niños, aunque es oportuno destacar que el positivo impacto de estas no puede ser móvil para desestimar la importancia que otros métodos educativos y formativos tradicionales tienen sobre los más pequeños.
Motivación para el aprendizaje
Uno de los beneficios de las aplicaciones didácticas es que logran incentivar los procesos de aprendizaje a partir de la motivación que despiertan en los niños.
Esta a su vez está condicionada o determinada por las múltiples opciones de interacción que los referidos softwares dan, superando así el tradicional esquema unidireccional de la enseñanza, que tanto agobia a no pocos peques.
Gracias a los nuevos niveles de interactividad los niños adoptan una actitud activa durante el aprendizaje, mediante la que emprenden continuas búsquedas, y analizan y replantean los contenidos a los que pueden acceder, así como la vía para llegar y apropiarse de ellos.
En opinión de los psicólogos, esto permite que los alumnos se impliquen más con sus tareas, lo que a su vez beneficia las capacidades de iniciativa y los procesos de atención y comprensión.
Asimismo, los contenidos multimediales favorecen un aprendizaje más integral y profundo que otras prácticas, gracias al aprovechamiento que hacen de la capacidad cerebral para el procesamiento de varios estímulos simultáneos.
Capacidad de creación
Las aplicaciones didácticas como herramienta para la educación y el aprendizaje son muy beneficiosas también por el impacto positivo que logran en la capacidad de creación de los niños.
Al trabajar con ellas estos hallan un medio en el que tendrán que investigar, experimentar varios pasos y acciones, crear y compartir con otros sus resultados, razones por las que las apps pueden definirse como un instrumento que convierte a los educandos en entes activos, y no en receptores pasivos de conocimiento e información, como inexorablemente sucede con métodos habituales.
Para trabajar este tipo de aptitudes, recomendamos el uso de robots radiocontrol programables. Hablamos de modelos como los que puedes ver aquí, que permiten que los niños programen acciones y así, de una manera casi imperceptible, con los robots teledirigidos dan sus primeros pasos en la programación y en la robotización. Además de robots, también hay muchos juguetes radiocontrol que permiten la automatización de movimientos y de acciones, y que inician en la programación mediante el juego. Si quieres más información sobre este tipo de aprendizaje, puedes leer con más detalle de ello en el siguiente artículo.
De igual forma, el aprendizaje multimedia bien concebido y planificado emplea funciones de retroalimentación, para que el niño se implique también en actividades útiles para su aprendizaje como la autoevaluación y el control propio de su estudio y aprendizaje.
Adaptabilidad a cada caso
Otro gran beneficio de las aplicaciones didácticas es su adaptabilidad a las características de cada niño, tanto para el aprendizaje como para el entretenimiento.
Muchas apps vienen graduadas en distintos niveles de dificultad y profundidad, lo que permite que cada peque saque de ellas los mejores dividendos que su capacidad e interés le permitan, adaptando así el conocimiento a sus tiempos de aprendizaje.
Con este son potencialmente evitables los fiascos y frustraciones por los fallos ante determinadas tareas, que a veces sin criterio científico son impuestas a niños que objetivamente están por debajo de sus requerimientos.
Otros beneficios
Además de todo lo anterior, las apps didácticas y los medios electrónicos en general han probado su eficacia para el desarrollo en los niños de habilidades y herramientas facilitadoras del aprendizaje.
Por solo mencionar algunas podemos hablar de la destreza manual, la agudeza visual y la capacidad de concentración, directamente relacionadas con la interfaz de dispositivos como los móviles y la filosofía táctil para su manipulación.
Casi que por instinto, los niños intuyen cómo maniobrar y conducirse en este medio, y tan solo con poca ayuda logran pillarle el tranquillo para desarrollar todas las acciones que les son brindadas.
Otras aplicaciones más específicas, relacionadas con números y cálculos o razonamientos básicos, benefician directamente las capacidades de secuenciación y asociación, dotando así al peque de herramientas que le facilitarán la comprensión más delante de otros análisis y conocimientos.
Por último, está demostrada también la utilidad de las aplicaciones didácticas para el aprendizaje de los idiomas, tanto el propio como otro que se quiera incentivar para potenciar el indispensable bilingüismo desde edades tempranas.
Conclusión
Las aplicaciones didácticas son muy beneficiosas para los niños porque favorecen procesos de aprendizaje y educación a un nivel poco antes visto en métodos tradicionales. Sin embargo, estos últimos siguen siendo indispensables, pues desarrollan habilidades ajenas al medio electrónico.
Para obtener el máximo beneficio se recomienda no abusar de las aplicaciones, sino combinarlas en esquemas de aprendizaje que favorezcan todas las habilidades y capacidades físicas e intelectuales.